Próxima entrada sobre el Ébola

En estos últimos días se está hablando mucho sobre el Ébola (por lo que se oye en los medios casi parece que hayan desaparecido el resto de enfermedades). El problema es que, lamentablemente, no todo lo que se dice tiene una base científica bien documentada. Me imagino que muchos lectores tendréis algunas preguntas sobre el tema, y no creo que vayan a ser contestadas por la prensa generalista, pues tampoco es su objetivo.

Un dibujo que hice del virus del ébola hace algún tiempo.

Dibujo del virus del Ébola que hice hace algún tiempo.

Es por eso que he decidido preparar una entrada sobre el tema para aclarar las dudas que podáis tener. Estoy intentando cubrir los aspectos que creo que pueden resultar más confusos, pero sólo dispongo de mi propio criterio. Por ese motivo os pido colaboración: por favor, hacedme todas las preguntas que tengáis al respecto. De esta forma podré escribir una entrada mucho más interesante para todos.

Podéis formular vuestras preguntas en los comentarios o si lo preferís enviármelas por correo electrónico a biomedvinetas@outlook.com.

Por supuesto, si se os ocurren nuevas preguntas después de leer la entrada, estaré encantada de contestarlas igualmente.

Eso es todo por ahora. ¡Espero vuestras preguntas!

Antibióticos (II): las bacterias contraatacan

En la última entrada estuvimos hablando de cómo funcionan y de cuán fabulosos que son los antibióticos. Hoy veremos la otra cara de la moneda: la resistencia por parte de las bacterias.

Datos preocupantes

Los antibióticos han sido un arma casi milagrosa contra las infecciones bacterianas, pero, como cabía esperar, el enemigo no se dejará aplastar así como así (y menos tratándose de bacterias). Si las cosas siguen como están, la resistencia a los antibióticos será uno de los grandes problemas que tendremos que enfrentar en este siglo. En abril de este año, la OMS publicó un informe sobre resistencia a antimicrobianos [1] en el que se recogen unos datos escalofriantes: cada vez hay más bacterias resistentes a uno o varios antibióticos. De hecho, hay algunas que son resistentes prácticamente a todos los antibióticos que podrían acabar con ellas. Además, en muchos lugares los patógenos resistentes son responsables de una importante proporción de las enfermedades infecciosas. Por ejemplo, en ciertas regiones el 80% de las infecciones de por Staphylococcus aureus (una bacteria que puede causar infecciones cutáneas y septicemias) están asociadas a cepas resistentes a la meticilina, un antibiótico de la misma familia que la penicilina.

¿De dónde salen las bacterias resistentes?

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Antibióticos (I): el arma definitiva contra las infecciones (o eso pensábamos)

Todos estamos familiarizados con los antibióticos, y seguro que os han sacado de apuros más de una vez. Faringitis, gastroenteritis, infecciones de orina… No debemos temerles si tenemos un buen antibiótico a mano. Ahora bien, ¿qué son exactamente los antibióticos? ¿De dónde proceden? ¿Cómo funcionan? ¿Tienen alguna limitación? Hoy daremos respuesta a estas preguntas.

Un arma prestada

Un antibiótico es una sustancia que tiene la capacidad de matar o frenar el crecimiento de bacterias [a], y que es producido por otros microorganismos. Sí, sí, lo que leéis: existen algunos microorganismos (como el hongo Penicillium notatum o la bacteria Streptomyces griseus) que se dedican a fabricar sustancias que emplean para dejar fuera de combate a otros competidores microbianos. Por lo tanto, los antibióticos no son un invento humano; podemos decir que nos hemos aprovechado del armamento natural de estos microorganismos en nuestra particular guerra contra las bacterias patógenas.

Sin embargo, hay que decir que también existen sustancias microbicidas sintéticas. Es por eso que existe el término antimicrobiano, que engloba tanto los antibióticos como otros microbicidas sintéticos. De hecho, la mayoría de antimicrobianos usados hoy en día son sintéticos o modificaciones sintéticas de antibióticos naturales.

Un poco de historia

Alexander Fleming fue el primero en describir los efectos de la penicilina en las bacterias, allá en el  año 1928 [1]. El investigador escocés estaba trabajando con cultivos de bacterias llamadas Staphylococcus, cuando por casualidad una de las placas que usaba para cultivarlas se contaminó con un hongo. Fleming observó que las bacterias que rodeaban al hongo se estaban muriendo. Gracias a su perspicacia, dedujo que ese hongo, Penicillium notatum (del mismo género que el moho que crece en las naranjas), producía una sustancia que mataba a las bacterias, y la bautizó con el nombre de penicilina.

Recreación del descubrimiento de la penicilina por Fleming. Las bacterias se pueden cultivar en el laboratorio en placas que contienen un medio de cultivo gelatinoso (es decir, comida para bacterias). Crecen formando colonias (visibles a simple vista) encima de esta especie de gelatina. Las placas tienen que estar tapadas siempre que sea posible, porque si no sucede lo que le pasó a Fleming: se contaminan con las esporas que hay en el aire y crecen hongos dentro (también les gusta la comida para bacterias). Aunque en este caso el hongo fue bienvenido.

Recreación del descubrimiento de la penicilina por Fleming. Las bacterias se pueden cultivar en el laboratorio en placas que contienen un medio de cultivo gelatinoso (es decir, comida para bacterias). Crecen formando colonias (visibles a simple vista) encima de esta especie de gelatina. Las placas tienen que estar tapadas siempre que sea posible, porque si no sucede lo que le pasó a Fleming: se contaminan con las esporas que hay en el aire y crecen hongos dentro (también les gusta la comida para bacterias). Aunque en este caso el hongo fue bienvenido.

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Vivir más tiempo y mejor: ¿es posible?

Seguimos con el tema del envejecimiento, que hemos estado tratando en las últimas entradas (¿Por qué envejecemos? y Envejecimiento y evolución). Ahora conocemos algunas teorías sobre los mecanismos biológicos que nos hacen envejecer, y también una hipótesis evolutiva.

¿Podemos vivir más (o como mínimo mejor)?

La teoría evolutiva del envejecimiento (pleiotropía antagónica) que vimos en la entrada anterior es un poco desalentadora. ¿Hay algo que podamos hacer para mitigar los efectos negativos de los genes pleiotrópicos que nos hacen envejecer? ¿O son un precio que debemos pagar resignadamente a cambio de vivir mejor durante nuestra juventud y poder reproducirnos?

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Envejecimiento y evolución

En la última entrada (¿Por qué envejecemos?) quedaron muchas preguntas abiertas. Una de las más interesantes tiene que ver con la evolución del envejecimiento. Es decir, ¿por qué narices tenemos que envejecer y morir? ¿Por qué la selección natural no ha arreglado este defecto de fábrica tan fastidioso? Bien que hay árboles virtualmente inmortales, capaces de vivir miles de años (como las sequoias). Incluso algunos animales pueden superar el centenar de años sin problemas. ¿Por qué los humanos no?

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¿Por qué envejecemos?

¿Existe algo más inherente a la vida que la propia muerte? Y, pese a ello, el hecho de dejar de vivir siempre ha aterrorizado a los seres humanos. Prácticamente lo intentamos todo por escapar de la muerte, pero, incluso si sobrevivimos a las adversidades del día a día, hay un camino ineludible que nos terminará llevando a ella: el envejecimiento.

En esta entrada veremos qué es el envejecimiento desde un punto de vista biológico, y cuáles son sus causas. Es un tema muy complejo y existen numerosas teorías al respecto. Es difícil saber cuáles son correctas, pero quizá la explicación más razonable sea una combinación de distintas teorías. Es por eso que veremos tres de las teorías actuales, que considero más verosímiles.

Los años no perdonan

A medida que nos vamos haciendo mayores, nos pasan cosas extrañas: nos salen arrugas, ganamos (o perdemos) unos quilitos, oímos y vemos peor, nos cuesta más movernos… Lo tomamos como algo natural, pero ¿qué es lo que le pasa a nuestro cuerpo?

Biológicamente hablando, el envejecimiento es un deterioro progresivo de la fisiología de un organismo. Y, como ya hemos visto, los organismos (los seres vivos) estamos formados por células, así que podríamos decir que el envejecimiento es el resultado del deterioro de las células que forman nuestro cuerpo. Vamos, que después de tantos años aguantándonos, las pobrecillas están cascadas y ya no funcionan como deberían.

Las células de Lidia se han ido deteriorando a lo largo del tiempo... Ya no son lo que eran. Aunque ella sigue siendo igual de simpática que cuando era joven.

Las células de Lidia se han ido deteriorando a lo largo del tiempo… Ya no son lo que eran. Aunque ella sigue siendo igual de simpática que cuando era joven.

Es aquí donde nos preguntamos: ¿Qué es lo que daña nuestras células a lo largo del tiempo? ¿Qué es lo que nos hace envejecer?

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Volvemos a la carga

¡Hola a todos! Parece que va a haber que quitarle el polvo al blog, después de tanto tiempo…

Antes de nada, creo que os debo una explicación, por todo el tiempo que llevo sin publicar nada nuevo. He estado todo el mes de julio trabajando, y pensé que tendría tiempo de seguir escribiendo a un ritmo decente, pero no ha sido así. Y, para colmo, me he buscado un tema bien complicado para la siguiente entrada (¿Veis la lógica? Yo tampoco). Lo siento. Intentaré mantener un ritmo mejor a partir de ahora.

A lo que íbamos: mañana publicaré la siguiente entrada, sobre un tema que creo que nos interesa a todos: ¿Por qué envejecemos? Espero que lo disfrutéis y que sigáis leyendo este blog.

¡Hasta mañana!

En el post de mañana aprenderemos algunas cosas sobre esta célula viejecita.

En el post de mañana aprenderemos algunas cosas sobre esta célula viejecita.

Desfile de células: sobre la imagen de cabecera – Parte 2

Proseguimos con la descripción de las células que aparecen en la cabecera del blog, que iniciamos el jueves pasado. ¡Adelante!

Eritrocito (glóbulo rojo)

08 - Eritrocito

Los eritrocitos o glóbulos rojos son las células que transportan el oxígeno en nuestra sangre. Son de color rojo porque la proteína que utilizan para tal efecto es la hemoglobina, que contiene hierro.

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Desfile de células: sobre la imagen de cabecera – Parte 1

[Nota: Esta entrada se iba a publicar toda entera, pero dada su extensión he decidido dividirla en dos partes. Segunda parte aquí]

Seguro que algo que ha llamado la atención a más de un lector es la cabecera o banner de este blog. Menudo montón de células, ¿verdad? ¿Tenéis curiosidad por saber qué es y qué hace cada una de ellas? Pues estáis de suerte: hoy hablaremos de los tipos celulares que me dio por dibujar como cabecera del blog. Aunque no os lo creáis, todos se encuentran en humanos (sé que lo estáis pensando: ese verdecillo de ahí  con pinta de extraterrestre también).

Banner6

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Asaltantes microscópicos: bacterias, virus y demás bichejos indeseables (o no)

Hoy vamos a hablar de uno de mis temas favoritos: la microbiología. Esta rama de la biología estudia los organismos que son demasiado pequeños para ser vistos a simple vista, aquellos que sólo podemos ver mediante un microscopio (y en algunos casos con dificultad): los microorganismos, también conocidos como microbios.

Hablaremos, pues, de microorganismos procariotas (sobre todo bacterias) , virus y microorganismos eucariotas.

Microorganismos procariotas

Si el lector ha leído el post La célula por dentro, recordará que los organismos procariotas son microorganismos unicelulares, sin núcleo, y con una estructura muy sencilla en comparación con los eucariotas.

Estructura interna de un travieso procariota.

Estructura interna de un travieso procariota.

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